Es importante llevar a los niños al dentista, ganan en salud y pierden el miedo:
Educar es lo mejor para prevenir, por eso, visitar al dentista desde la aparición del primer diente en adelante, asegura que el niño empiece a tomar confianza desde muy chico a las consultas y se familiarice con olores, sonidos y sensaciones que aparecen en el dentista, sobretodo para perder el miedo, inclusive se recomienda hacer una o más citas de reconocimiento para que el niño no tenga un comportamiento negativo hacia el profesional, esto antes de comenzar cualquier tratamiento.
Otro punto que hay que tener en consideración, son las citas al Dentista: se recomienda acudir cada 6 meses para prevenir la aparición de caries y realizar limpiezas u otros tratamientos preventivos. Es muy importante que los padres incentiven el apoyo y le entreguen seguridad al niño hacia el profesional. No hay que asustarlo ni permita que lo hagan. Los grandes traumas empiezan por intimidación de otros hacia algún suceso.
Los padres son los más influyentes en la salud oral del niño. Los niños empiezan a tener una motricidad que permite manejar un cepillo dental después de los 6 años, en este periodo es importante que los padres asuman la responsabilidad de cepillar los dientes de sus hijos.
Es importante que el odontólogo enseñe a los padres las técnicas adecuadas de cepillado, limpieza oral y los productos que deben usar, a tener un seguimiento de la dieta de sus hijos, a cuidar los hábitos que tienen como el de “succión digital” (chupar dedo), morder cuerpos extraños como pelotas y juguetes, etc. Estos hábitos pueden generar enfermedades y condiciones posteriores como mala posición del paladar y dental, respiración oral y desviación entre otros.
Los dientes de leche deben ser cuidados con la misma importancia que los definitivos, puesto que gracias a éstos se mantiene el espacio en el cual se alinearán los dientes permanentes. Cuando los dientes se pierden por caries o traumas accidentales (golpes), o se realizan extracciones tempranas, este espacio se empieza a perder, y esto sólo se logra recuperar con ortodoncia.
Los dientes temporales con procesos infecciosos pueden alterar la formación de los definitivos, generando dientes débiles con pigmentaciones, cavidades y manchas grandes, siendo más vulnerables a la formación de caries. Generalmente los dientes se pierden aproximadamente entre los 4 a 6 años, proceso que llega hasta la pubertad. Es un largo periodo de tiempo en el cual se debe llevar a cabo un buen plan de higiene para que los niños tengan una buena dentadura.
Las técnicas de prevención para los “dientes de leche” y definitivos son sencillas, indoloras y rápidas. Las más usadas son las limpiezas profilácticas con pastas especiales, que evitan la formación de caries en zonas de masticación, y también la colocación de fluor.
La prevención es el mejor tratamiento de todos, recomienda la Doctora Janet, Por eso recuerden que los buenos hábitos se aprenden en la casa, hay que ser un ejemplo para sus hijos, motívenlos y estimulen una sana sonrisa en ellos.